Esto ya... esto ya no es rock, mi amor, ¡es pura suerte!
Pura suerte
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Compartid el pan... así como las migas
No sólo de hambre vive el hombre
Pedro Dalton
Una llamada perdida, un mensaje recibido
Un e-mail en la pantalla, algo así eres tú.
Eres tú
Gatillazo
Si así me siento hoy que será de mañana...
la hora del espanto fue Superman al rescate
El día después
Las Pelotas
No necesito alas para volar, prefiero LSD.
No necesito verte pa saber que no te olvidaré.
Necesito droga y amor
Extremoduro
Quem não tem colírio
Usa óculos escuro
Quem não tem filé
Come pão e osso duro
Quem não tem visão
Bate a cara contra o muro
Uuuuuuuh!...
Como Vovó Já Dizia
Raul Seixas
Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego
Mahatma Gandhi
...metiendo la anarquía en una A dentro de un círculo...
La gamberra
La Polla Records
Yo me quedé con su olor, ella me arrancó la piel,
me dijo justo al final: no quiero volverte a ver.
Sucede
Extremoduro
Más vale pregunta en mano
que cien respuestas volando
El gallo Eduardo Montenegro
Albert Plá
Pensamientos tontos los tenemos todos, pero el sabio se los calla
Wilhelm Bush
Ojos rojos desquiciados cuando le ladro a la luna
Marcando alambre
Envidia Kotxina
Y cómo haremos pa llegar
al mismo tiempo tú que yo:
sincronicemos los latidos con la boca
y tic-tac-tic-tac
pobre aguja del reloj,
nunca atravesará una tentación.
Hoy te la meto hasta las orejas
Extremoduro
Si la montaña viene hacia vos, ¡corré!, es un derrumbe.
Graffiti en un baño
Pinky: Dime, Cerebro, ¿qué vamos a hacer esta noche?
Cerebro: Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky… ¡Tratar de conquistar el mundo!
Pinky y Cerebro
La vergüenza
el bochorno
de no tener excusas
porque esto esto
maldita sea
esto
es gratuito
gratuito
Poema 11. Libro No
Idea Vilariño
Sólo esperar que caigan
que se gasten
que pasen
los días
los minutos
los segundos que quedan.
Poema 14. Libro No
Idea Vilariño
Y diré que estoy triste
qué otra cosa decir
nada más
que estoy triste.
Estoy triste.
Eso es todo.
Poema 24. Libro No
Idea Vilariño
Hemos hecho bien en dejar de reñir, pensó Harry. Nunca había reñido mucho con aquella mujer, mientras que con las mujeres que había amado había reñido tanto que al final, de manera irremediable, la corrosión de tanto reñir había matado todo aquello que compartían. El había amado desmasiado, había exigido demasiado y había acabado destruyéndolo todo.
Las nieves del Kilimanjaro
Ernest Hemingway
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